Mi buena intención
presa en su habitación
mantenía una discusión
con la vergüenza
y yo contemplaba
como tu oro manaba
y sin nacer navegaba
por el imaginario mi proeza
sin atreverme a nada
presa de tus nubes mi mirada
con la sed dentro callada
luchando mi naturaleza
por vencer la vulgaridad
de prejucios y normalidad
y así hacer realidad
lo ya real en mi cabeza
pero la entrega al final
no tuvo en el pudor rival
y arrodillada probé tu sal
ofreciéndote mi limpieza
gracias, Amo, pues ser tuya
libera y deja que fluya
mi esencia sin más que influya
y aquí, te verseo esa certeza.
Gracias una vez más.
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